Nuevamente hubo encuentro de delegados en
Rosario y como siempre, poco o nada se saca en concreto. No se resuelve ninguna
actividad, si se plantea alguna nunca se lleva a cabo. Un factor común domina
todas las asambleas y reuniones de delegados: el ataque interno constante. Se
ha vuelto común que el 70% de los conceptos vertidos por la conducción de
Amsafe Rosario es desprestigiar a la comisión directiva provincial, en vez de
avanzar contra la patronal.
Este tipo de alocuciones del sector opositor
a Sonia Alesso avanza con la máxima legítima de oponerse a todo, a cualquier
costo, para ganar elecciones y pasar a segundo plano lo reivindicativo
concreto.
Pues bien, la realidad indica que hay dos
grandes formas de pensar en nuestro sindicato, que no deben asustar pero que se
deben sincerar. Más allá de las opiniones puntuales sobre cada tema, concurso,
jubilación, etc., está el sector oficial que plantea la toma de decisiones en
base a lo que la mayoría define, aun a riesgo, de recibir la reprobación de grandes
minorías. Por otro lado, están quienes tienen un objetivo con respecto a los
diferentes temas y quieren que sean victoriosos en las acciones de AMSAFE,
tengan o no tengan mayoría. Funcionan casi como el que entra a la escuela
cuando todos decidieron hacerse la rabona, y ahí llega la doble falta.
Sucede que cuando estos temas internos entran
en debate, el gobierno nos mira sonriente por arriba del hombro.
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