La paranoia de la llamada gripe A, influenza del virus N1H1 o mal llamada gripe porcina a llegado a la Argentina. Después de haber zafado algunos días de la pandemia y haber cerrado las fronteras a los procedentes de México, no se pudo contener la entrada del virus. Sin embargo, una sorpresa irrita sensiblemente a la sociedad bien que se preocupa por los temas del país: La enfermedad que amenaza con eliminar a la humanidad de la faz de la Tierra y el Universo, sólo tocó a los chanchos burgueses, a esos que paseaban tranquilos por EE.UU.
Cualquier broma referente al asunto parece tener tonalidades oscuras, pero tiemblan San Isidro, Pilar y Barrio Norte. Las barras y las estrellas llenaron de dudas a los cajetillas. Por supuesto que para los pobres alegrarse de esto es una tontería ya que al primer manoseo del patrón a la sirvienta, nos trasmite a los menos dotados económicamente la gripe porcina y ahí estamos todos fritos. Sabemos que cuando un morocho se contagia, el reguero de pólvora es inevitable.
No obstante y mientras tanto, antes que quedemos todos con las sentaderas al norte, permitanme esbozar una sonrisa por lo sufrido por los cerdos burgueses. ¡JA!
Cualquier broma referente al asunto parece tener tonalidades oscuras, pero tiemblan San Isidro, Pilar y Barrio Norte. Las barras y las estrellas llenaron de dudas a los cajetillas. Por supuesto que para los pobres alegrarse de esto es una tontería ya que al primer manoseo del patrón a la sirvienta, nos trasmite a los menos dotados económicamente la gripe porcina y ahí estamos todos fritos. Sabemos que cuando un morocho se contagia, el reguero de pólvora es inevitable.
No obstante y mientras tanto, antes que quedemos todos con las sentaderas al norte, permitanme esbozar una sonrisa por lo sufrido por los cerdos burgueses. ¡JA!