Desde el año 2006 en Argentina
tenemos una nueva Ley Nacional de Educación. Dicha norma tiene varios avances
aunque mantiene algunas cuestiones contradictorias, sin embargo, lo esencial,
para los tiempos que se viven, está.
En sus
debates previos y posteriores hubo diferentes críticas. Una de ellas fue que
avanza sobre la escuela privada la injerencia del estado. Casualmente, dicha
observación fue hecha por especialistas de la Iglesia Católica.
No obstante, ese mismo cuestionamiento lo hicieron los especialistas de la izquierda
que conduce AMSAFE Rosario. Otra vez se juntan los extremos. La ultra derecha
no quiere que nadie le diga qué es lo que tiene que enseñar y la izquierda no
quiere que el Estado asuma la responsabilidad de la Educación privada.
Juntos se unen en un mismo objetivo: destruir las políticas educativas de
inclusión de un gobierno democrático.
Aún así, no pasó mucho tiempo para que los pingos se vieran en la cancha, ya no con la iglesia católica, sino con unos
pastores evangelistas. Esto sucedió cuando Sonia Alesso denunció mediáticamente un
curso de educación sexual, el cual el Ministerio de
Educación avaló con una resolución y ahora se suben oportunistas rosarinos a
reclamar sobre contenidos que no pertenecen al marco de lo normado en otra ley, la de Identidad
Sexual, y por presentar material “sexista”.
Sin contar la desgraciada opción del ministerio de Educación de Santa Fe de tomar como propio dicho curso.
Sin contar la desgraciada opción del ministerio de Educación de Santa Fe de tomar como propio dicho curso.
En fin, todos unidos una vez más sólo para
dinamitar lo poco o mucho de bueno que hay en políticas educativas en los últimos
tiempos. Gobierno provincial, dirigentes del Frente 4 de Abril que conducen
Rosario, y sectores ultra conservadores, cada uno por su lado limando cimientos
en vez de seguir avanzando en la construcción.
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