miércoles, marzo 28, 2007

Rosario: Barcelona del Sur

Cuando la cosa iba mal, la resposabilidad era del gobierno nacional, cuando va no tan mal es mérito de la gestión municipal. La gran cuestión es ¿Cuáles serán las resposabilidades de un gobierno municipal? Si éstas fueran pavimentar calles solamente, como instauraron los intendentes en Rosario, no es novedad informar que no existe prácticamente una zona de la ciudad que no tenga un hermoso bache surrealista. Por otra parte, si la función es terminar con la desocupación; sepa Ud que en "La cuna de la Bandera" se ostenta el segundo puesto en el Ránking Nacional de desocupados desde hace más de 10 años. La pobreza tampoco es menester municipal, vea Ud como se vive en la periferia y cuantos salieron a "piquetear" con el último granizo. Obviamente el Ingeniero Lifchitz no controla las lluvias, pero tampoco las obras que eviten las inundaciones.
Quiere alguien explicar ¿Qué es lo que se hace bien en Rosario? ¿Cuántos evacuados, pobres, baches, chapas rotas, semáforos mal puestos, horas de espera en los hospitales, embotellamientos, barrios sin alumbrado público, basurales, horas de espera en la parada del colectivo, pesos de aumento en tasas y boletos deberán pasar para que alguien diga que nadie manejó la ciudad peor que los intendentes que tuvimos en los últimos 30 años, incluidos los últimos dos?
Nadie piensa que los gobernadores y presidentes fueron mucho mejores, pero pocos tienen tan buena imagen como las últimas gestiones municipales. Aquellos que dicen ser progresistas y que piensan que los pobres no saben votar, deberían mirar mejor sus acciones.

sábado, marzo 24, 2007

De Rosario para afuera


Los controles a los micros no se realizan

En la Terminal Mariano Moreno exista una sucursal de la CNRT pero esto no quita que la mayoría de los micros no cumpla con la legislación vigente poniendo en peligro la integridad de los pasajeros.
Recorriendo las plataformas de la Terminal se puede observar la calidad de los controles, si es que los hay, que se le realizan a los micros que desde allí parten hacia todos los destinos del país recorriendo miles de kilómetros. Las falencias encontradas son varias aunque las mas notorias son el estado de los parabrisas, que van desde leves fracturas hasta vidrios completamente trizados y en algunos casos reforzados con cartones superpuestos, pero eso si usted es automovilista o taxista y su parabrisas sufrió de la caída de granizo será mejor que consiga el dinero para cambiarlo o un inspector de transito local le labrara una multa. El estado higiénico en el interior de las unidades refleja lo poco importante que parece ser para las empresas la calidad sanitaria en que viajan sus clientes. Cuando se siente el su asiento y se haya resignado a viajar con un parabrisas astillado que en cualquier momento se fracture ante sus ojos y asuma que la suciedad reinante no será removida, ruegue porque el aire acondicionado funcione porque aunque en su boleto diga “servicio normal Con aire acondicionado” no se le reintegrara nada por la ausencia del mismo.
Lo más curioso es que a 50 metros de las plataformas de salida la Comisión Nacional de Regulación de Transporte posee su filial en nuestra ciudad, donde se deberían efectivizar los controles regulares. Cuando alguien decide realizar una queja telefónica a dicha oficina se topa con la burocracia de tener que realizar la denuncia personalmente o por escrito, de lo contrario no se dará lugar a su queja y ese micro seguirá circulando como si nada hubiese pasado. Lamentablemente esta es la realidad del transporte interurbano de hoy día, el mismo que exige a sus choferes manejar horas y horas sin descanso, que excede los limites de velocidad en las rutas y autopistas, que no cumple con las leyes de estado de las unidades y que sus tarifas no condicen que la calidad del servicio ofrecido, pero bueno señores, esto es Argentina, asúmalo.