Las últimas elecciones en el Club Atlético Rosario Central de Argentina de por tierra con uno de los preceptos más fuertes que existían en las mesas de café en la segunda ciudad del país. Sucede que el dirigente radical Horacio Usandizaga ganó la contienda y es el nuevo presidente.
Quien fuera dos veces elegido intendente de la ciudad por el partido eternamente opositor al peronismo, y además, perteneció a la línea más enfrentada y enemiga del Partido Justicialista convierte las dicusiones entre Leprosos(simpatizantes de Newells) y Canallas(partidarios de Central) en un estado amorfo que confunde sobremanera a propios y ajenos. Teniendo en cuenta, además, que este sujeto al que se hace referencia, fue presidente del club más cajetilla de la zona- y fue parte de su discurso de campaña- Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER).
El discurso de lo popular, lo de abajo y y lo ligado al trabajador que solía pertenecer a la simpatía centralista se ha convertido en una suerte de "zafemos del descenso a como dé lugar". Todo esto sucede sin pensar que en los últimos años el señor Usandizaga no pudo cumplir una sola función pública con dignidad. Solamente puede haber tranquilidad entre socios y adherentes de pensar que alguien está al frente del club, que es mejor que nada, pero de ahí en adelante, difícilmente el panorama mejore. la otra cuestión alentadora es que nadie puede hacer las cosas peor que el ex-presidente Pablo Scarabino. ¿O sí?
Quien fuera dos veces elegido intendente de la ciudad por el partido eternamente opositor al peronismo, y además, perteneció a la línea más enfrentada y enemiga del Partido Justicialista convierte las dicusiones entre Leprosos(simpatizantes de Newells) y Canallas(partidarios de Central) en un estado amorfo que confunde sobremanera a propios y ajenos. Teniendo en cuenta, además, que este sujeto al que se hace referencia, fue presidente del club más cajetilla de la zona- y fue parte de su discurso de campaña- Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER).
El discurso de lo popular, lo de abajo y y lo ligado al trabajador que solía pertenecer a la simpatía centralista se ha convertido en una suerte de "zafemos del descenso a como dé lugar". Todo esto sucede sin pensar que en los últimos años el señor Usandizaga no pudo cumplir una sola función pública con dignidad. Solamente puede haber tranquilidad entre socios y adherentes de pensar que alguien está al frente del club, que es mejor que nada, pero de ahí en adelante, difícilmente el panorama mejore. la otra cuestión alentadora es que nadie puede hacer las cosas peor que el ex-presidente Pablo Scarabino. ¿O sí?
